LA INCREÍBLE Y TRISTE HISTORIA DE JOHN KENETH BIDET

Contando su vida, homenajearemos hoy a John Keneth Bidet, el insigne sanitario galés que inventó el artefacto que lleva su nombre. ¡A qué injusto olvido ha sido condenado el ser humano que se oculta tras ese apellido! ¡Cómo haríamos hoy para lavarnos los pies o dejar los calzoncillos en remojo si no fuera por su creación! Ya es hora de que la humanidad toda conozca de una buena vez la azaroza vida de este benefactor de ella misma y le rinda los honores que tanto merece.

EL DERROTERO DEL DR. MAUSOLO HUTCHINSON

(Una biografía geográfica)

Hijo de Isolino Hutchinson y Menarca Malatesta, Mausolo Anibal Hutchinson Malatesta nació el 4 de febrero de 1918 en el Hospedale Italiano de Montevideo Umberto Primo, sito en la intersección del Bulevar General José Gervasio Artigas y la calle Jorge Canning, con entrada por el número 1632 de la primera de las arterias mencionadas.

JESÚS IGLESIAS, EL MESÍAS FRUSTRADO DE VILLA COLÓN

A lo largo de los años, varios acontecimientos fueron despertando el espíritu mesiánico en Jesús Iglesias a medida de que iba siendo consciente de ellos. El primero y más obvio fue su propio nombre, de cuya particularidad se percató apenas comenzados sus estudios primarios en el Colegio Pío, ya que los hermanos salesianos no paraban de hacérselo notar. “Llamándote como te llamas, tu estás destinado a hacer grandes obras” le decía siempre el hermano Joaquín al pequeño Jesús, quien pensaba que el cura se refería a que iba a ser albañil como su padre.

JOHNNY LINGHAM, SALVADO POR LA IGNORANCIA


En la vida hay personas que nunca pueden olvidarse, imborrables individuos que siempre guarda la memoria, por uno u otro motivo. A algunos, los recordamos por sus obras, como al Dr. Luis Morquio o a José Piendibene. A otros los recordamos simplemente por el parentesco, como a mi tío Antonio Pérez, que si lo ví mas de una vez en mi vida, ya no me acuerdo. A otras personas, en cambio, las recordamos simplemente por su nombre, y ese es el caso de Johnny Lingham.


AGATHA FLORA, ESA GRAN DESCONOCIDA


Desde la invención de la escritura, la abrumadora mayoría de las personas que la han usado, lo han hecho en forma privada. Muy pocas (algunas decenas de miles entre miles de millones), han escrito para que las demás gentes las lean.
El caso de Isolina Hudson no es excepción a esta regla. Nacida en una acomodada familia patricia hacia fines del siglo XIX (Isolina siempre ocultó el año de su nacimiento, por lo que no sabemos exactamente cuando ocurrió), tuvo temprano acceso a la nutrida biblioteca familiar, lo que la convirtió en una voraz lectora primero, y en una prolífica escritora después.

TOMÁS ALVA GINASTERA, UN POETA DE LA GRAN PUTA


“Con Tomás nos criamos juntos, éramos como hermanos –cuenta Edgar Allan Ginastera recordando al gran poeta maldito del Barrio Atahualpa– “era el favorito de papá y mamá, pero yo igual lo quería mucho” –se disculpa con una sonrisa. Así comenzaba el viaje al pasado del hermano de Tomás Alva Ginastera en busca del recuerdo de su alterocigoto, la tarde otoñal del pasado 4 de Abril, al cumplirse cuarenta años de su repentina desaparición física. “Dejó un vacío imposible de llenar, hasta hoy estoy pagando las cuentas, se fue a la mierda y me dejó en pelotas, siempre fue un reverendo hijo de mil puta”, nos confió alguna vez Laura, su primer (y única) esposa. En efecto, el 4 de Abril de 1968, Tomás Alva Ginastera salió de su casa “a comprar cigarros”, pero no especificó adonde. Nunca más se le volvió a ver.

EL TRÍO PATRIA GAUCHA, VANGUARDIA DE LA WORLD MUSIC

Todos los especialistas en música popular rioplatense coinciden en señalar que, luego del Irusta-Fugazot-Demare, el más alto exponente del género fue el trío Patria Gaucha. A pesar de haber caído hoy en el olvido, en su momento su popularidad no le fue en zaga a la de sus ilustres contemporáneos, aunque en distintos lugares. Es así que mientras el Trío Argentino que conformaron los porteños Agustín Irusta y Lucas Demare con el uruguayo Roberto Fugazot triunfaba en Europa y en México, el trío Patria Gaucha hacía lo propio en Montevideo y en Madagascar.

ASURBANIPAL RODRÍGUEZ, EL QUE BUSCA NO SIEMPRE ENCUENTRA

Cuando –ya mayorcito y resignado– Asurbanipal Rodríguez preguntó a sus padres por qué le habían puesto ese nombre, ellos le respondieron que durante su luna de miel, les había impresionado mucho un artículo sobre la antigua Persia publicado en el Almanaque del Banco de Seguros del Estado, y por eso decidieron poner los nombres de sus reyes a todos los hijos que tuvieran. Fue así que el primogénito de los Rodriguez fue bautizado Ciro y salió médico, el segundo Darío y salió jugador de fútbol, y el tercero Asurbanipal, y salió escritor. “Ché, viejo, ¿y no había otro nombre más potable?” –preguntó el Pocho (que así le decían en casa) a su padre un día de 1963 mientras tomaban mate en el fondo, abajo de la parra.

LA INCREÍBLE PERIPECIA DE DUVIMIOSO HACKENBRUSCH


Todo en contra, y sin embargo...

Duvimioso Hackenbrusch nació el 6 de enero de 1901 en una casa de inquilinato ubicada en el número 1080 de la calle Cuareim de la ciudad de Montevideo. Su madre, Duvimiosa Spencer, era de origen bantú, y las raíces de su padre, Abenámar Hackenbrusch, se hundían en la roja tierra de Abisinia, o Eritrea, o Etiopía (vaya uno a saber).